jueves, 24 de noviembre de 2011

CARTA AL CONSEJO ACADÈMICO,
AL C. DIRECTOR DE LA DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
AL C. SECRETARIO ACADÉMICO
AL SITUAM,
AL GIC XOCHIMILCO,
A LA OPINIÓN PÚBLICA.


En este mensaje right to the point, no me referiré a cláusulas, reglamentos ni cuerpo alguno del marco jurídico de la UNIVERSIDAD AUTÒNOMA METROPOLITANA. Los doy por consabidos.

Durante el presente trimestre lectivo, me pasé el 80% del tiempo dedicado a impartir docencia al grupo SE03C, sólo, frente a veinte sillas vacías.


El director me prometió asistir a alguna de esa clases sin alumnos. El secretario académico acudió al aula-- a instancias mías-- en la primera de seis que significaron: pérdida de mi tiempo para organizar el material de enseñanza aprendizaje; pérdida de dinero y de tiempo en venir desde Cuernavaca hasta la Unidad; pérdida de una importante cita en CONACULTA para verificarse una junta, el antepasado miércoles 16 de noviembre, a las once horas,  con el objetivo de la compraventa de la BIBLIOTECA JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA,
   y, a pesar de que dicho profesor Jiménez, había advertido ominosa y con alegría provocadora como discípulo secular del fundador de esa escuela, Antístenes, y también de Diógenes,  que los alumnos no irían a clase y que por eso ya me había destituido y nombrado a otro académico para encargarse del grupo que manipula.., y por todo eso, tuve que relegar el  asunto,  de ningún modo personalísimo < como lo llama el susodicho>,  sino materia de interés nacional, por tratarse de la biblioteca particular más importante del país, la cual contiene innumerables joyas bibliográficas... Dejé plantados a los representantes de la cultura nacional para enfrentarme a los pupitres sin pupilos que fueron secuestrados por su coach en incumplimiento de deberes escolares.

De esos libros raros, extraordinariamente importantes para el estudio de la historia de México, las ciencias, las humanidades, las artes y las letras, repitiendo palabras del Presidente Calderón--¡hágame usted el favor!, mientras el encargado de coordinar la "comunicación" en la UAM, LE RESTA TODA ENVERGADURA y hasta piensa en los "chuchulucos" que dará el gobierno por los tesoros bibliotecarios--, dicho esto sin propósito pedantesco alguno sino para consignar un dato relevante alrededor de la pérdida de la libertad de cátedra y la violación a los derechos humanos principales, consagrados en nuestra Carta Magna y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, entre otros códigos humanitarios ..., y quería decir--tras esa triste disgresión y pertinente circunloquio,que de esos tomos sustrajo distraidamente una alumna,  del lote que llevé a clases para su información y deleite,  La Quijotita y su Prima, del insigne "Pensador Mexicano", Joaquín Fernández de Lizardi, precursor de nuestra Independencia, el cual me fue retornado tras la acusación falsa de un "grupo" anónimo y nada transparente, de que los había acusado de "robo". Empero, tal falsa atribución, fabricada supuestamente por el mismo coordinador que "coordinó" la protesta grupal, quedó sin materia cuando en la junta con el director y secretario de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, la alumna que obró sin darse cuenta cabal de que su falta de reconocimiento, con palabras enviadas por correo electrónico,  sobre la involuntaria  retención libresca o de lo que pasaba a su alrededor, <justa indignación por el "sospechosismo" general> ,  finalmente llegó a entregar el primer tomo de la obra ante el testimonio de los directivos de la División.

En efecto, yo no fui libre ni igual en dignidad y derechos--principalmente, el de cátedra--  que gozan mis colegas y, a pesar de estar dotados, como están,  de razón y conciencia, que los obliga a  comportarse fraternalmente los unos con los otros. Ninguno tuvo a bien hacer lo mismo conmigo. Ni el director ni el secretario ni ningún profesor --y menos la Lic. Lourdes Ortiz del mismo módulo--tuvieron palabras de aliento o me prestaron algún apoyo, durante este penoso tiempo que fue mes y medio de estar frente a la pizarra y a los pupitres vacíos porque el propio Coordinador de la Carrera de Comunicación (eufemismo, que en el caso de la UAM, debe hipotéticamente considerarse polarmente opuesto: es, presumo,  escuela de incomunicación), pues promovió según plena confesión propia ante numerosos testigos, que los alumnos no se presentaran a la clase para dizque "legitimar" la mentira que externó en la oficina del Prof. Alsina, atribuyendo al grupo la decisión  (que luego negó ante la presencia de las tres alumnas que llevó a dicha oficina para que manifestaran su "total oposición tanto a que les diera clases como a a dialogar" conmigo): radical expresión de que "antes reprobados que asistir a la clase de Denegre-Vaught".

Del libro de 502 pp, publicado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, titulado: Dos Siglos de Discursos Patrióticos. Colección Jorge Denegre Vaught Peña, con 39 ilustraciones y un cd que reproduce los folletos..
Semejante  humillación, indiferencia absoluta y sádica actitud épica y gloriosamente heroica de los alumnos, sufrí de parte de directivos y académicos, comportamiento inhumano, at least, de mis compañeros de carrera, excepción hecha de los representantes del Grupo Interno del SITUAM,  de la Unidad Xochimilco,  que inmediatamente me prestaron apoyo y protestaron ante el titular de la División, oponiéndose radicalmente a que fuera substituido por un profesor interino y advenedizo sacado de las anchas mangas de don Joaquín Jiménez.

No es consuelo que ahora digan que los alumnos se perdieron de mi "sapintísima contribución a su enriquecimiento epistemológico". Porque si así fuera, parece que ni se enteraron "los veinte" a los que soplaron vientos tan indiferntes como los que no han sacado de su impasibilidad a Juárez.
¡Se soplaron tan tranquilos el trimestre y les vale el "pinche" 10% que se perdieron al No Acreditar!
En el documento que presentaré ante el SITUAM, el Consejo Académico, Rectores y Directores, asì como, desde luego, el Consejo Divisional de Ciencias Sociales y Humanidades, y a la opinión pública, presentaré pruebas, documentos y testigos que fehacientemente acreditarán estos hechos.

Tampoco consignaré en estos momentos los artículos de las Cartas de Derechos Humanos y de la Defensoría de Derechos UNIVERSITARIOS, en que se basan el respeto a la dignidad del académico, y la prohibición de utilizar calumnias, difamación y falsedades para deshonrar la personalidad de este ciudadano, metido desde hace 40 años a trabajador académico de la UAM.

Por todo lo anterior, solicito desde este momento que intervenga el representante del GIC  de la Unidad Xochimilco y el responsable de defender los derechos académicos en nuestro sindicato, para que la Jefatura del Departamento de Educación y Comunicación ordene al Coordinador de la Carrera de Comunicación:

Primero: Asignarme tarea de docencia el próximo trimestre, derecho que ha sido conculcado por el actual coordinador de la carrera, antes mencionado, señor Joaquín Jiménez Mercader, desde hace ya casi un par de años en que me ha privado de la obligación de la Universidad de asignarme docencia, para elevar la orden de ese trabajo de teoría al Departamento mencionado, prestando el debido  apoyo para lograr un balance apropiado entre las tareas académicas de investigar, enseñar, difundir y preservar la cultura de este titular del área semiológica de la carrera de Comunicación Social, con número económico 7835.

Segundo: Imponer una celosa vigilancia de administrativos y sindicalizados, a partir del momento de la asignación de grupo y durante las clases, del proceso de enseñanza-aprendizaje  que tengo derecho a dar y recibir, y de las que reitero  he sido despojado en este curso actual y en más de 24 meses anteriores, de la manera más absurda, violenta y carente de todo principio ético, moral y legal por el susodicho individuo: Lic. Joaquín Jiménez Mercado.

ATENTA Y RESPETUOSAMENTE:
En México, Distrito Federal, a 24 de noviembre de 2011,

Manuel Augusto Walter Lívingston Denegre Vaught y Alcocer,


 Disponible en inglés

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